Para Óscar Hagerman la silla es la más pequeña de las arquitecturas, fue este objeto el que lo acercó a los que nada tienen y el que modificó su perspectiva como arquitecto. Su obra destaca por su sencillez, el uso de materiales locales y el diseño apegado a la vida común. Su trabajo ejemplifica cómo la arquitectura puede convertirse en una poderosa fuerza para el bien social al abordar las necesidades de las zonas rurales, que son el núcleo de su labor arquitectónica. Hagerman demuestra que la arquitectura no solo se trata de crear estructuras estéticamente agradables, sino también de generar un impacto positivo en las comunidades a las que sirve. Con su enfoque centrado en la vida común y su capacidad para responder a las necesidades específicas de cada comunidad, Hagerman se destaca como un arquitecto comprometido con la creación de espacios que mejoren la calidad de vida y fortalezcan el tejido social.
Maderas: 1. Roble. 2. Encino, 3. Tzalam. 4. Pino. Asientos: Tejido fibra vegetal de tule, cinta listón en algodón o listón de nylon. Medidas: Alto 73 cm. Asiento 46 x 46 cm. Peso: 7k. Autor: Oscar Hagerman 1950. Hecho a mano en México por Canto Artesanos. Tiempo de producción: 6 semanas.
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